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Cualquier persona debería tener toda la libertad de seleccionar y comprar sus alimentos en la plaza del mercado, pescadería o mercado agrícola de su preferencia, o bien suscribirse a recibir en su casa una cajita de productos locales y con eso apoyar al agricultor de su comunidad.
Para el beneficiario del PAN es más difícil. Y es que el 4% que se reserva para ofrecer acceso a productos locales y frescos se limita a compras en Mercados Familiares. Mantener tan exclusiva la opción de dónde comprar con ese 4% termina afectando a quienes se supone beneficie la Ley 63 que creó los Mercados Familiares: a los propios beneficiarios del PAN y al 95% de los agricultores bonafide que no están autorizados a vender en dichos mercados. Para llegar a un Mercado Familiar la persona tiene que hacer los arreglos, buscar información de cuándo y dónde es que se va a celebrar, buscar transportación y asegurarse de estar entre 8 a.m. y 2 p.m. para poder utilizar su dinero en productos locales. Habrá quien le encante ir a un mercado y eso está genial, pero ¿qué pasa con el que no puede llegar? ¿Por qué asumimos que todos tienen el tiempo y el acceso para llegar a donde se le diga, cuando se le diga? Esto es discriminatorio y es parte de la causa por la cual sobre el 40% de estos fondos no se utilizan año tras año por más que se han triplicado los Mercados Familiares que se celebran.
En 10 años hemos permitido que sobre $172 millones de dólares que se supone que se utilizaran para comprarle directamente a los agricultores locales, regresaran al fondo regular y se utilizaran en compras de productos importados en el supermercado. ¡Exploremos otras vías para alcanzar el 100% del uso de los fondos que el programa lo más rápido posible! En otras jurisdicciones de Estados Unidos que tienen programas parecidos, y según varios estudios, permitir que se utilice el beneficio en múltiples alternativas de espacios, aumentar la accesibilidad y la promoción, ha demostrado ser exitoso. ¡Aprendamos de otros y actuemos con premura!
Si se vendieran sobre $80 millones de dólares en productos 100% cosechados y elaborados en Puerto Rico, como mínimo lograríamos la sustitución de un 1% de nuestras importaciones. Por eso el proyecto de Mercados Familiares es importante y debe, no solo ser exitoso, sino multiplicarse de otras formas, pero para lograrlo necesitamos ajustar, demostrar resultados extraordinarios y parte de eso es ser accesible y conveniente para todos.
Utilicemos los datos para tomar decisiones informadas. Eso busca Espacios Abiertos con su informe más reciente: A diez años de los Mercados Familiares. Compartir información pública proactivamente y ser receptivos a las recomendaciones de los ciudadanos es vital si realmente queremos un gobierno de y para nuestra gente. ¡Discutamos ideas! Enfoquémonos en empujar y ejecutar los cambios que tanto necesita el agro local para que realmente logremos sustituir las importaciones y acercarnos a la meta del 50% tal y como se propuso en el 2022.