La renuncia de la Secretaria de Salud Interina y la carta recién publicada en la que ésta planteó la desaparición de 500 kits de pruebas de COVID-19, parecen apuntar a que en esta emergencia en Puerto Rico nos enfrentaremos, una vez más, a la cruda realidad de la corrupción y el ánimo de lucro o ventaja de personas inescrupulosas. La corrupción más cruel -sin duda- es la que atenta contra la vida de seres humanos. Las prácticas corruptas y antiéticas requieren DENUNCIA Y ACCIÓN. Éstas no se deben ignorar y mucho menos quedar impunes. Las experiencias de abusos, a nivel público y privado, post María y recientemente por los terremotos, están frescas en nuestra memoria.
En Puerto Rico, este es solamente el comienzo. Además del virus, en este periodo ¿estaremos incubando la corrupción?
Según aumente el contagio y se ponga más difícil la situación de acceso a las pruebas, y a servicios de salud y medicamentos, también aumentará el oportunismo, el favoritismo y la injusticia. En tiempos como éste, la transparencia, la ética y la honestidad son más importantes que nunca.
* Exijamos transparencia proactiva, constante y a tiempo…con las pruebas, con los datos de contagio, con las compras, con el gasto, con la disponibilidad o no de suministros, medicinas y equipos, etc.
* Exijamos que se establezcan protocolos claros sobre acceso a los servicios de salud públicos y privados, y que se publiquen. Solamente así en casos de escasez y medidas extremas, podremos garantizar a todos igualdad de condiciones.
* Exijamos que se habilite desde ya una línea o sitio web para denuncias de abusos y malas prácticas que garantice la confidencialidad del denunciante y que se investiguen las querellas que se reciban.
Más transparencia es igual a más salud.
La salud pública debe ser primero. No los intereses políticos o corporativos.
#AOscurasNo #CuentasClaras
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