Mientras en Puerto Rico no tenemos el consuelo de velar a nuestros muertos de una manera digna, otros consuelan con contratos a sus talentos familiares y allegados. Mientras la desigualdad socioeconómica y la inseguridad nos hacen cada día más vulnerables, los fondos buitre de Wall Street multiplican sus ganancias en apenas semanas y a expensas del bolsillo de los puertorriqueños.
Mientras unos siempre ganan, otros parecen condenados a pagar y a siempre perder. Hace tan solo tres semanas atrás, la Junta de Supervisión Financiera y el gobierno utilizaban su plan fiscal para justificar y defender en el Tribunal Federal un acuerdo generoso para los bonistas en detrimento de la salud fiscal de Puerto Rico durante los próximos 40 años. Todo esto sucedía a la vez que eran cuestionados por reconocidos economistas expertos en la materia.
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