Ante dramática disminución de ingresos y proyección deficitaria a partir del 2027 según su último plan fiscal
San Juan (12 de abril de 2023) – Contrario a sus proyecciones originales, la Junta de Control Supervisión Fiscal para Puerto Rico acaba de adelantar para tan pronto como el año 2027 la proyección de un déficit a pesar de los supuestos beneficios que debían dejar las medidas fiscales y reformas estructurales impuestas al gobierno de la Isla, ello sin proveer una ruta clara sobre cómo llegó a esa perspectiva negativa en su plan fiscal certificado de 2023, reveló un análisis de Espacios Abiertos.
“ En su plan fiscal del año pasado (2022), la Junta proyectó que el déficit ocurriría para el año 2044 o sea en dos décadas. Ahora un año después y luego de aprobarse el acuerdo con los bonistas, la Junta en su nuevo plan lo adelanta el déficit para el 2027. Preocupante por demás es el escenario que presenta la Junta de déficit al 2028 aún si el Congreso aprueba un financiamiento anual de Medicaid que sea equivalente al promedio otorgado a Puerto Rico entre 2011 y 2022” comentó Daniel Santamaría Ots director de investigación y analista senior de política pública de Espacios Abiertos.
Al rectificar su posición anterior, y adelantar el déficit a escasos cuatro años después de firmado el acuerdo con los bonistas , la Junta parecería estar aceptando que promovió y comprometió a Puerto Rico a unos pagos bajo un escenario supra optimista de supuestos ingresos que no dependen de la voluntad o acción del pueblo de Puerto Rico, y que no se han materializado como es la renovación del financiamiento federal del Medicaid. Por otra parte, mientras desintitucionaliza la infraestrutura pública, trata de responsabilizar al gobierno de Puerto Rico por el fracaso de la austeridad y el lento progreso de las reformas estructurales.
¿Dónde están los datos que sustentan esa proyección? ¿Qué descubrió la Junta que no nos está diciendo? Cuáles son los modelos utilizados para esta nueva proyección de déficit?”, cuestionó el economista Santamaría Ots.
La Junta ha ido ajustando hacia la baja sus proyecciones en cada plan fiscal certificado desde el 2018, explicó Santamaría Ots, reduciendo cada vez más las perspectivas de recuperación económica para Puerto Rico a pesar de las medidas de austeridad impuestas al gobierno de Puerto Rico basándose en los análisis y proyecciones de ahorro de consultores externos que han costado una millonada y cuyos posibles conflictos de interés y prácticas de puertas giratorias han sido objeto de discusión y polémica, pero no se han resuelto .
“Instamos a la Junta de Control Fiscal a que mida en sus planes fiscales certificados el impacto en ahorros de las reformas estructurales ya implantadas para ser claros con el pueblo de Puerto Rico sobre si lo que proyectaban con sus reformas ya adoptadas por el gobierno se están materializando o no, y en qué medida alcanzarán las proyecciones que hicieron”, expresó Santamaría Ots.
“Las cuentas claras deben ser la norma para algo tan trascendental como lo que la Junta está proyectando en su plan fiscal 2023”, opinó el economista al presentar un análisis y sus hallazgos durante una mesa redonda celebrada hoy por Espacios Abiertos en la sede de la Fundación Luis Muñoz Marín.
Santamaría Ots cuestionó dónde están las métricas de los ahorros y los crecimientos proyectados por la Junta al momento de negociar con los bonistas y de convencer al gobierno de apoyar un plan basado en números y medidas que ahora no se mencionan ni aparecen en el último plan. Indicó el economista que la Junta tampoco ofrece los fundamentos para sus proyecciones negativas, qué pasó para que no se materializaran los ahorros prometidos y cuáles han sido los resultados de las medidas de austeridad adoptadas.
Por otra parte, la economía de austeridad que la Junta ha impuesto a Puerto Rico no está dando los resultados prometidos, según Martín Guzmán, coautor del análisis de sostenibilidad de la deuda de Puerto Rico (2018) y quien fuera instrumental en el proceso de quiebra de Argentina donde fue ministro de Economía. El reconocido especialista en deuda pública, profesor en Columbia University y la Universidad Nacional de La Plata quien está en la isla invitado por Espacios Abiertos . Apuntó que “ hasta el presente la estrategia de crecimiento de la Junta de Supervisión Fiscal puede caracterizarse como una apuesta arriesgada con grandes desventajas que afectan la transferencia de conocimientos , mientras que las economias por las reformas estructurales son como mucho, cuestionables”.
Según el análisis de Espacios Abiertos, el noveno plan fiscal certificado publicado el pasado 3 de abril, en el contexto de los ocho planes anteriores, revela algunas contradicciones en las prácticas y resultados observados:
- El gasto en nómina gubernamental ha disminuido en más de un 50 %, mientras el gasto en consultores externos durante los últimos 15 años ha aumentado en más de un 125 %.
- Se observa con preocupación el deterioro institucional para proveer servicios públicos a la ciudadanía sin depender de costosos recursos externos que no necesariamente transfieren su conocimiento a las instituciones públicas que las contratan.
- Por primera vez la Junta no menciona de manera explícita en sus proyecciones los potenciales ahorros que las medidas fiscales tendrían en los próximos 30 años, algo que sí había divulgado en los 8 planes fiscales anteriores.
- El gobierno debió haber publicado los estados financieros de 2021 en marzo pasado y todavía está pendiente.
Apuntó Santamaría Ots que los planes fiscales de la Junta históricamente se han centrado en dos grandes pilares de su visión fundamental para impulsar el crecimiento económico en Puerto Rico – las medidas fiscales y las reformas estructurales:
- Las medidas fiscales (comúnmente conocidas como “de austeridad”): por primera vez desde el primer plan fiscal de 2017 la Junta no menciona de forma explícita los potenciales ahorros que anteriormente han proyectado para los próximos 30 años. El “rightsizing” del gobierno, como le llama la Junta en lugar de “downsizing” o achicamiento del aparato gubernamental, supuestamente iba a contraer la economía a corto plazo (efecto negativo temporero en el crecimiento), pero proporcionaría unos ahorros futuros (efecto positivo en el medio y largo plazo). Aquí entra la consolidación de agencias de gobierno, la eliminación de las apropiaciones del Fondo General a los municipios; el recorte a la UPR de casi la mitad las apropiaciones del Fondo General (de $934 millones en 2017 a $500 millones en la actualidad), o la congelación de las pensiones de maestros del sistema público de educación.
- Las reformas estructurales (conocidas en Economía como reformas de oferta o “supply-side economics”): están basadas en la receta que el Fondo Monetario Internacional ha usado con poco éxito en países como Grecia. Ejemplos de estas políticas son la reforma laboral y la implementación del crédito por trabajo orientadas a aumentar la tasa de participación laboral; la reforma educativa (K-12) para mejorar los resultados académicos de los estudiantes; la reforma energética para energía más limpia y barata en la isla; lo que la Junta denomina como el “Ease of Doing Business Reform” que engloba una reforma contributiva que facilite el pago de impuestos, un registro de la propiedad más eficiente o un sistema de permisos más ágil; y, por último, la reforma de infraestructuras, que persigue que Puerto Rico capitalice el uso de fondos federales que reduzcan el impacto del retraso en la transportación de mercancías. Y no es que algunas de estas reformas no tengan sentido, la crítica de Espacios Abiertos es que la Junta entiende que estas políticas, por sí solas, van a ser el motor del crecimiento en la isla. Entendemos que esa apuesta es excesivamente arriesgada.
Los analistas expusieron los cambios de los distintos planes fiscales en cuanto a los ahorros proyectados; subrayaron que no han encontrado respuesta en el último plan sobre si tales ahorros se están produciendo o no, ni tampoco encontraron rastro sobre cuáles medidas implementadas están rindiendo, y qué efectos están teniendo las variaciones y las reformas estructurales en los futuros superávits/déficits del gobierno.
Variaciones en los ahorros proyectados para los próximos 30 años de las reformas fiscales: la Junta rectificó a la baja sus proyecciones en cada subsiguiente plan fiscal de la siguiente manera: en 2018 proyectó ahorros para la economía de Puerto Rico durante los próximos 30 años de $193.9 billones; en 2019 bajaron a $119.4 billones; en 2020 volvieron a recortar sus expectativas a $85.4 billones; en 2021 disminuyeron levemente a $84.1 billones; en 2022 recortaron a casi la mitad limitando su impacto a $49.7 billones. Faltó en el plan fiscal de 2023 una explicación sobre las proyecciones de ahorros y están ausentes en todo el plan.
Reformas estructurales: al igual que con las reformas fiscales, indicó Santamaría Ots que la Junta empezó con proyecciones altamente optimistas las cuales ha ido modificando a la baja en cada uno de los planes fiscales certificados hasta la fecha: entre los planes de abril y junio de 2018 disminuyó los ahorros proyectados para la economía de Puerto Rico durante los próximos 30 años de $80-90 billones a $57.5 billones; entre los planes de junio y octubre de 2018 volvió a disminuir sus proyecciones de ahorros de $57.5 billones a $42 billones; entre los planes de octubre de 2018 y 2019 recortó más sus proyecciones de ahorros de $42 billones a $34 billones; entre los planes de 2019 y 2020 volvió a rectificar a la baja de $34 billones a $24.7 billones; entre los planes de 2020 y 2021 modificó sus proyecciones al alza de $24.7 billones a $30.7 billones; entre los planes de 2021 y 2022 volvió a subir de $30.7 billones a $33.4 billones. En el último plan de 2023, los ahorros proyectados parecen mantenerse en línea con los proyectado en el plan de 2022.
En resumidas cuentas, concluyó el economista de Espacios Abiertos que la Junta pasó de proyectar un impacto acumulado en el crecimiento del Producto Nacional Bruto (PNB) de 1.51 % en 2018 a un impacto de 0.91 % en 2023.