Los procesos presupuestarios son mecanismos importantes para cualquier gobierno, ya que dan una hoja de ruta sobre las prioridades y el enfoque del país. Tener instrumentos de rendición de cuentas en estos procesos nos ayuda a posteriormente verificar si los compromisos y los objetivos pactados por el gobierno rindieron frutos y si nuestro dinero está siendo bien utilizado. Para lograr esta encomienda, hace falta ante todo transparencia. El presupuesto para el año fiscal 2020 presentado por el Gobernador y la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal de Puerto Rico (AAFAF) carece de todo ello.
El presupuesto presentado por el gobierno no presenta los criterios que se utilizaron para el aumento y disminución de los presupuestos de las agencias y tampoco el detalle de los presupuestos por agencia. Entonces, nos preguntamos: ¿cómo vamos a decidir sobre un presupuesto si no sabemos con exactitud el detalle de lo que se piensa gastar o de lo que se ha gastado en el pasado?
Para poder tener un presupuesto que atienda las necesidades de la población, necesitamos más transparencia haciendo accesible la información en tiempo real de lo que se ha gastado en el pasado, el retorno de su inversión y un recuento detallado de lo que se piensa gastar. Este tipo de iniciativa ya existe en otras jurisdicciones de Estados Unidos y en otros países. Los estados de California, Florida, Massachusetts, New York son buenos ejemplos sobre la transparencia en el proceso presupuestario. En estas plataformas, se presentan los presupuestos con detalle por agencia, por área y por política pública a implementar o ya implementada.
Para poder hacer un análisis exhaustivo del presupuesto, necesitamos la información con detalle y en tiempo real. La transparencia a medias no es transparencia. En la situación fiscal que se encuentra Puerto Rico, no podemos seguir con las malas prácticas del pasado. Tenemos derecho a saber dónde está nuestro dinero, qué se hace con él y quién decide.