“La versión oficial del proceso de reformar la Policía de Puerto Rico es preocupante por lo poco crítica y lo excesivamente positivista”. Así lo catalogó el Grupo Comunitario de Trabajo de la Reforma de la Policía a la salida de la vista pública sobre el tema celebrado ayer.
En particular, el grupo expresó su decepción con la participación ciudadana en la Reforma de la Policía. “Si las autoridades buscan aumentar la confianza pública en la Policía de Puerto Rico tiene que haber una participación real de la sociedad civil en el proceso. Hasta ahora esto no ha pasado. El superintendente Caldero se refiere a los consejos comunitarios de seguridad para dar cuenta sobre la alegada participación comunitaria en la reforma de la Policía. Lamentablemente, estos consejos fueron creados por la propia Policía y de ninguna manera representan la diversidad de experiencias y preocupaciones de la ciudadanía. Si bien deben ser parte de la reforma, la participación comunitaria que exige el acuerdo de Reforma tiene ser más abarcadora y significativa. Por ejemplo, debe incluir a los grupos de personas que históricamente han sido víctimas de las crasas violaciones de derechos de la Policía de Puerto Rico (inmigrantes, miembros de las comunidades LGBTT, mujeres, estudiantes, etc.).
Aunque reconocen la importancia de mantener las instalaciones de la Academia de la Policía en buenas condiciones, los miembros del Grupo expresaron que lo medular es que la Reforma se enfoque en crear cambios sustantivos en el rol de la Policía en la protección de derechos civiles y humanos en Puerto Rico.
“Nos preocupó que los representantes de la Policía pasaran más tiempo hablando de las renovaciones de las plantas físicas que de los planes para transformar a ese cuerpo en uno respetuoso de los derechos de la ciudadanía a la que sirve”.
Por otro lado, también tildaron de “muy preocupantes” las expresiones del Juez Gelpí a favor de la promoción del uso de las pistolas paralizantes (“Tasers”). “Este entusiasmo por el uso de los tasers no contribuye a lo más importante, que es reformar la cultura de violencia imperante en la Policía”. Un estudio reciente de Amnistía Internacional muestra que la introducción de los Tasers puede aumentar los abusos cometidos por oficiales de seguridad, ya que son consideradas como armas ‘menos letales’.
El Grupo Comunitario de Trabajo de la Reforma de la Policía (GRUCORPO) se creó el año pasado con la intención de participar activamente en la reforma de la Policía, tal y como lo exige el acuerdo que crea la Reforma. Es un grupo diverso de personas, grupos y organizaciones que trabajan con distintas comunidades, tienen experiencias múltiples y manejan diferentes temas y perspectivas.
“Deseamos garantizar la participación comunitaria significativa en los procesos de la Reforma y que nuestras preocupaciones y propuestas sean tomadas en cuenta. Aspiramos a que la Policía de Puerto Rico se convierta en un organismo que pueda dar un verdadero sentido de seguridad solidaria a nuestro País siempre mediante el respeto a la diversidad y con mecanismos y procesos respetuosos de los derechos humanos. Estamos en la disposición y tenemos el deseo de participar y colaborar con el fin de lograr esta ambiciosa transformación”.
Algunas de las organizaciones que componen el Grupo Comunitario de Trabajo de la Reforma de la Policía son: ACLU, ALAPAS, Amnistía Internacional, Asian Community & Youth Association Corp (ACYA), CABE, Clínica de Asistencia Legal UPR, Comisión de derechos del inmigrante del CAPR, Espacios Abiertos, INIPRODEH, MATRIA y el Taller Lésbico Creativo, entre otras. También participan líderes y profesionales de distintas áreas que trabajan por los derechos.