El juego de las sillas musicales trae recuerdos y se asemeja a la actualidad de la Isla. La clase política nos tiene bailando entre planes, presupuestos y proyectos sin darnos cuenta que poco a poco la música va parando y nos vamos quedando sin sillas, o lo que es lo mismo, sin País.
Desde octubre de 2016, los gobiernos de turno (sin importar afiliación política) y la Junta de Supervisión Fiscal nos han entretenido bailando al son del cambio de planes fiscales, presupuestos y proyectos. El gobierno ha publicado infinidad de planes fiscales desde el 2016. De estos se han certificado seis: el 3 de marzo de 2017; el 19 de abril de 2018; el 30 de mayo; el 29 de junio de 2018; el 23 octubre de 2018; y recientemente el 9 de mayo de 2019.
Entendemos que después de los huracanes Irma y María había que revisar el Plan Fiscal para atemperarlo a la situación fiscal, pero ¿teníamos que publicar dos en el 2018 y uno más este año? Cada cambio nos da menos claridad sobre la situación fiscal y menos certeza sobre el futuro económico y social de la Isla. Para prueba, sólo tocar una nota musical basta.
En el plan fiscal certificado por la Junta el 19 de abril de 2018, el Gobierno de Puerto Rico proyectó que para el año fiscal 2019 la economía de Puerto Rico iba a tener un crecimiento del 5.9%. El 23 de octubre de ese mismo año la proyección aumentó a 7.9%. En el último plan fiscal certificado del 9 de mayo de 2019, el Gobierno proyectó que para el año fiscal 2019 la economía crecería un 4.0%. A todos estos cambios, se pueden añadir otros como el dinero de ayudas federales posdesastre que se proyecta recibir y cambios en la población de la Isla. Esperaremos que se acabe el año fiscal para ver si las proyecciones se cumplen.
Mientras tanto, nos preguntamos: ¿cuánto nos cuesta hacer cada uno de esos informes? ¿cuánto realmente va a crecer la economía de Puerto Rico para el año fiscal 2019? ¿cómo podemos llegar a acuerdos sobre la deuda y el presupuesto si proyecciones como éstas siguen cambiando de manera constante? Recordemos que se han negociado acuerdos de reestructuración de deuda pública, como por ejemplo el de COFINA, utilizando cada uno de estos planes fiscales. En el momento actual en que se discute el futuro económico y social de Puerto Rico, no podemos tomar decisiones a ciegas. Necesitamos un plan, estadísticas, estados financieros actualizados y proyecciones confiables presentadas de forma transparente que sirvan como hoja de ruta de lo que queremos como sociedad.