Columna publicada por El Nuevo Día el jueves 23 de abril de 2020
Con la emergencia del Coronavirus (COVID-19) se ha hecho más patente que nunca la importancia de tener datos confiables para tomar decisiones acertadas en tiempos de crisis. Diversos grupos y personas de la sociedad civil han denunciado a través de los años la falta de estadísticas confiables en Puerto Rico. Algunos de ellos, inclusive ven pertinente la creación de un “Task Force” digital en estos momentos.
Actualmente, existen diferentes plataformas donde la ciudadanía puede encontrar información sobre la emergencia. Por un lado, el “Task Force” médico tiene una página (en Facebook) donde se provee información. De otra parte, el Departamento de Salud tiene en su sitio web diferentes tablas e información y, el Instituto de Estadísticas, tiene una sección en su página web dedicada a la emergencia. El Departamento de Desarrollo Económico creó RefuerzoEconómico.com y el Departamento del Trabajo hace lo propio en su sitio web para propósitos del desempleo, entre otros aspectos. Recientemente, también el Departamento de Salud develó un sitio de Internet que contiene un tablero o “dashboard” con información sobre la emergencia.
Según las mejores prácticas, en emergencias como estas, debe existir un sitio web donde la ciudadanía pueda encontrar toda la información. Aparte de la diversidad de plataformas que existen, vemos como periodistas, científicos y personas de la sociedad civil han hecho serias denuncias sobre la celeridad y veracidad de los datos provistos por el gobierno. Tan reciente como esta semana, nos enteramos que tenemos menos casos que lo que la autoridades habían reportado hasta el momento, creando cuestionamientos sobre cómo se están cuantificando los casos, la letalidad del virus y sobre las conversaciones de abrir algunos sectores de la economía. ¿Qué hace el ciudadano, la empresaria, el líder religioso, el líder comunitario, y todos aquellas y aquellos que tienen que tomar decisiones cuando los datos provistos no son confiables?
En tiempos como estos, la Carta Internacional de Datos Abiertos, se hace más relevante. Solo una sociedad civil con acceso a información, puede participar efectivamente y contribuir durante una crisis. Los elementos básicos de esta carta internacional se pueden resumir en lo siguientes seis principios:
- Los datos gubernamentales deben ser abiertos por defecto, debe haber una presunción de que el gobierno divulgará todo;
- La información generada por el gobierno debe ser oportuna y exhaustiva. Los datos son solo relevantes si son publicados de manera rápida y comprensiva;
- Los datos gubernamentales deben ser accesibles y utilizables, por ejemplo: datos en portales específicos y datos presentados en diferentes formatos entre otros;
- La información generada debe ser comparable e interoperable, mientras más veraces sean los datos, mejor uso se les puede dar;
- Los datos gubernamentales deben servir para mejorar la gobernanza y la participación ciudadana. De la ciudadanía tener más información, más oportunidades tendrá de exigir a sus oficiales electos o hacer recomendaciones;
- La información provista por el gobierno debe servir para el desarrollo incluyente y la innovación. Mejores datos es igual a mejores decisiones.
A más de un mes del toque de queda y el cierre parcial, y con el pronóstico de que esta crisis salubrista se podría agudizar aún más, es necesario que comencemos a tomar decisiones fundamentadas en datos confiables. No deben existir márgenes de error en una crisis que nos está costando vidas. Más información es más salud.