La propuesta para la descentralización del Departamento de Educación, además de ser una apuesta a una nueva gobernanza para mejor inversión de los recursos, atenderá el déficit democrático que tiene Puerto Rico. Dentro de nuestra realidad política pocas veces tenemos una oportunidad de adelantar ambas cosas. La ventana de oportunidad que se abrió en el 2021 con la designación de un secretario de educación federal boricua, está próxima a cerrarse y tenemos que tomar decisiones. O apretamos el paso sin miedo hacia un nuevo camino o cerramos la puerta y tiramos la llave.
Y será responsabilidad de todos. El tiempo apremia, sea por la cercanía de las elecciones, la inminencia de cambio en el ejecutivo local en cuestión de meses o sencillamente porque en agosto inicia un nuevo curso escolar. Lo cierto es que ha sido mucho lo que hemos esperado, estudiantes, comunidad escolar y país, – ahora hasta gobierno federal- para lograr la descentralización y, reducir la politización en el departamento. Con la ayuda del secretario federal Miguel Cardona el adelanto ha sido único y hay que reconocerlo.
Nos encontramos en una coyuntura que tiene dos vertientes, o exploramos y afinamos lo nuevo o nos quedamos con lo que tenemos. Y digo nos, porque este proyecto es de todos, tengamos o no tengamos hijos en el sistema público. Si creemos en un Puerto Rico próspero debemos ocuparnos. Confiemos en la sabiduría de nuestras comunidades. Por un lado, ya sabemos el rédito de lo que tenemos, por el otro está la oportunidad de una ciudadanía con participación activa y un gobierno abierto. Ambas opciones están a nuestro alcance, con nuestra acción o inacción decidiremos qué ruta escogemos. Mientras unos abogan por mantener el status quo, otros nos enfocamos en gestar cambios sistémicos.
Recientemente el secretario de educación federal estuvo en Puerto Rico. Tanto él desde la capital federal como la gente en Puerto Rico tenemos claro que los estudiantes de escuelas públicas en Puerto Rico merecen más de lo que reciben. Más allá de llenar nuestros ojos con los millones que regularmente anuncian los funcionarios federales en sus visitas, Cardona durante su incumbencia, además de asegurar una impresionante cantidad de fondos para las escuelas de Puerto Rico, también ha viabilizado la posibilidad de una nueva gobernanza para el sistema público. Una gobernanza que apuesta a que la toma de decisiones resida en la gente, en la comunidad escolar, en los que financiamos la educación pública con nuestras contribuciones. Una gobernanza que centre en el desarrollo del estudiante y la inversión en su instrucción. Durante su visita Cardona expresó frustración por los retos que ha enfrentado el proyecto IDEAR, pero como pedagogo y buen boricua no dudó en inspirarnos a dar la milla extra para llegar a la meta, la descentralización. La que es de verdad, la que necesitamos que brote del cultivo en la base, no de su imposición por implante. La que necesitamos tome forma concreta, más allá de las palabras. La que se respira, no la que ahoga.
Es ley de Física que no hay movimiento sin fricción. Es tiempo de ejecución en lo que respecta a Educación. Procuremos escuchar, calibrar, atender y entendernos unos con otros. Tomemos nota de que una “renuncia” es una forma elegante de denuncia, y que para hacer una aportación constructiva no se requiere un emolumento económico sino una ciudadanía activa y la vocación de servir para el bien común.
Más allá de las etiquetas que rápidamente asignamos a unos y otros, tú que nos lees, ¿dónde estás? ¿cómo puedes aportar?
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Esta columna de opinión de la autoría de Cecille Blondet, Directora Ejecutiva de EA fue publicada en la versión digital de El Nuevo Día el 20 de junio de 2024 y en la versión impresa del periódico el 21 de junio de 2024.