Se está hablando de que el sistema contributivo va a moverse a un sistema que grave el consumo en vez del ingreso. Eso, en teoría, es bueno porque permite premiar el trabajo y la actividad productiva e incentivar el ahorro.
Ahora, los impuestos al consumo tienden a ser sumamente regresivos porque los sectores de menos recursos consumen una mayor proporción de sus ingresos y, por lo tanto, terminan pagando proporcionalmente más.
Entonces, si se aumentan los impuestos al consumo, es importante balancear la carga con medidas que aseguren que los sectores de pocos o bajos ingresos no carguen con el peso de forma desproporcionada.